miércoles, 2 de diciembre de 2015

Mazda

Jujiro Matsuda (agosto, 1875) debió ver la relación muy clara cuando decidió reconvertir la Toyo Cork Kogyo Company Ltd, fundada el 30 de enero de 1920 y dedicada a los derivados del corcho, en una empresa íntegramente volcada en la producción de máquinas y equipos industriales creados por Curtis.
El detonante que hizo posible este cambio fue el nuevo escenario tras la I Guerra Mundial. Tres años más tarde, cuando un terremoto devasta la región de Tokio, EE.UU. envía camiones y pequeños vehículos para ayudar a la reconstrucción. Es así como el automóvil, hasta entonces considerado un bien de lujo, se impone como vector del desarrollo. La empresa inicia entonces la producción de un vehículo de dos ruedas con un motor de dos tiempos, con tal éxito que en unos pocos años, esta actividad eclipsaría a todas las demás.
En 1927, la empresa se rebautiza como Toyo Kogyo CO Ltd y a partir de 1929, Matsuda se plantea fabricar su propio automóvil, un vehículo de tres ruedas. La empresa busca un nombre más comercial y se decide por Ahura Mazda, el dios persa de la luz, la sabiduría, la inteligencia y la armonía que, casualmente, se pronuncia como Matsuda. La primera unidad del modelo creado, el Mazda DA, vio la luz en 1931. Tan sólo tres años más tarde, la empresa tendría que ampliar sus instalaciones para atender a una demanda cada vez mayor.

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